Cada 28 de septiembre se celebra el Día Internacional del Derecho de Acceso Universal a la Información, una jornada que subraya la importancia del derecho de los ciudadanos a acceder libremente a información relevante para sus vidas. Proclamada por la UNESCO en 2015, esta fecha busca promover la transparencia, fortalecer la democracia y asegurar que el conocimiento y la información estén al alcance de todos, sin importar su contexto o situación.
El acceso a la información no es solo un derecho aislado, sino que se conecta directamente con otros derechos humanos fundamentales, como la libertad de expresión, la participación política y el acceso a la justicia. En un mundo cada vez más globalizado y digital, la información se ha convertido en un recurso vital para el empoderamiento de las personas, ayudándolas a tomar decisiones informadas sobre salud, educación, gobernanza y derechos civiles.
Los ciudadanos tienen el derecho de conocer las decisiones y políticas que afectan sus vidas, así como el acceso a datos relevantes para su bienestar social y económico. Es un principio que impulsa a los gobiernos a ser más transparentes y responsables ante sus ciudadanos. De hecho, muchas naciones ya han establecido leyes de acceso a la información pública como un pilar de sus democracias.
No obstante, en muchas partes del mundo, el acceso a la información todavía enfrenta grandes desafíos. La censura, la falta de infraestructura tecnológica y la exclusión social son barreras que impiden que las personas, especialmente en áreas rurales o marginadas, puedan ejercer este derecho. En algunos países, la información pública es manipulada o restringida, lo que impide la rendición de cuentas y fomenta la corrupción.
Las mujeres, las minorías étnicas, y las comunidades vulnerables son, a menudo, quienes más sufren esta falta de acceso. El desafío no radica solo en la obtención de información, sino también en la capacidad para entenderla y utilizarla de manera efectiva. La alfabetización digital y el acceso a la tecnología son factores cruciales para cerrar esta brecha y garantizar que el derecho a la información sea verdaderamente universal.
En la era digital, el acceso a la información ha adoptado nuevas formas. La revolución tecnológica ha permitido una difusión más amplia del conocimiento, con herramientas como Internet y las redes sociales que permiten compartir datos y noticias en tiempo real. Sin embargo, este desarrollo también ha traído consigo nuevos retos, como la proliferación de la desinformación y las “fake news”, que socavan la confianza pública.
Los gobiernos, las organizaciones no gubernamentales y los medios de comunicación juegan un rol clave en la garantía de un flujo de información preciso y accesible. Pero, además, se requiere que los ciudadanos sean críticos, que desarrollen habilidades para discernir entre fuentes confiables y rumores infundados. En este sentido, la educación mediática se presenta como un pilar para asegurar que la ciudadanía esté bien informada y pueda tomar decisiones conscientes en un entorno saturado de datos.
Los Estados y las instituciones tienen la responsabilidad de garantizar que este derecho sea una realidad para todos. La adopción de políticas de transparencia, la creación de portales de datos abiertos y el fortalecimiento de las leyes de acceso a la información son solo algunos pasos necesarios. Además, el sector privado y las organizaciones internacionales pueden colaborar en el desarrollo de tecnologías que hagan más fácil y equitativo el acceso a la información, especialmente en comunidades con menos recursos.
La sociedad civil también juega un papel indispensable. Organizaciones y activistas a lo largo del mundo trabajan incansablemente para proteger este derecho, luchando contra la censura y promoviendo el libre flujo de información, particularmente en regímenes autoritarios o en situaciones de conflicto donde la información es controlada o manipulada.
El Día Internacional del Derecho de Acceso Universal a la Información nos recuerda que el acceso a la información es un derecho fundamental que fortalece la democracia y empodera a los ciudadanos. Sin embargo, para que este derecho sea verdaderamente efectivo, es necesario cerrar las brechas de acceso y promover una alfabetización informacional que permita a todas las personas ejercer su derecho de manera plena y efectiva.
La transparencia, la educación y la colaboración internacional son claves para lograr un mundo en el que todos tengan las mismas oportunidades de acceder al conocimiento, construir sus opiniones y participar activamente en la sociedad. Este día nos invita a reflexionar sobre cómo podemos contribuir a un acceso más equitativo y responsable a la información en nuestra vida diaria.
By Gabriela Torres