El famoso productor musical y empresario Sean "Diddy" Combs enfrenta una nueva ola de acusaciones por agresión sexual. Este lunes, al menos seis nuevas demandas fueron presentadas en una corte federal del Distrito Sur de Nueva York, en las que varios hombres y mujeres lo acusan de conductas que van desde agresión sexual hasta violación. Una de las demandas involucra a un menor de 16 años, y las denuncias abarcan incidentes que se habrían producido entre 1998 y 2021.
Las demandas fueron interpuestas de manera anónima por los demandantes identificados como "John Doe" y "Jane Doe", y señalan incidentes ocurridos en las famosas "fiestas blancas" de Combs, donde supuestamente se cometieron algunos de los actos denunciados. Los seis demandantes buscan compensaciones por daños y castigos legales, alegando que fueron drogados y agredidos sexualmente por el artista en diversas circunstancias.
Fiestas blancas bajo escrutinio
Uno de los casos más impactantes involucra a un adolescente de 16 años que, según la demanda, fue agredido por Combs durante una de sus fiestas blancas en los Hamptons en 1998. Según el demandante, el productor lo obligó a desnudarse bajo el pretexto de un "rito de iniciación" para convertirse en estrella, ejerciendo presión emocional y poder para abusar de él.
Otro demandante alega que fue drogado y agredido sexualmente mientras trabajaba como personal de seguridad en una fiesta organizada por Combs en 2006. La víctima afirma que fue obligado a subir a una camioneta tras ser drogado y posteriormente agredido sexualmente por el músico.
Acusaciones en lugares públicos
Una tercera demanda menciona un incidente en los almacenes de la tienda Macy’s en 2008. Según la denuncia, Combs y sus guardaespaldas agredieron sexualmente al demandante dentro del almacén de la tienda principal de Nueva York. El hombre afirma que, tras la agresión, fue amenazado de muerte por el propio Combs y que Macy’s no investigó el incidente a pesar de haber sido notificada.
Tres semanas después, la tienda presuntamente despidió al trabajador, según la denuncia, presionada por un acuerdo multimillonario entre Macy’s y la marca de ropa de Combs, Sean John Clothing.
Violencia sexual contra mujeres
Las demandas también incluyen testimonios de mujeres que acusan a Combs de agresión sexual. Una estudiante universitaria, Jane Doe, relató un caso de abuso en una sesión de fotos en 2004, donde Combs amenazó con matar a ella y a su amiga si no accedían a sus demandas sexuales.
Otra denunciante detalla un episodio de violación en 1995, en el que Combs supuestamente la agredió violentamente tras conocerla en una fiesta, golpeándola y violándola cuando intentó resistirse.
Abuso en los últimos años
Las denuncias más recientes señalan que Combs también habría cometido agresiones sexuales en años más recientes. En 2021, otro John Doe fue supuestamente drogado y agredido sexualmente por Combs y al menos otros dos hombres en la residencia del productor en Nueva York. La víctima afirma que quedó paralizada y no pudo defenderse durante el ataque.
Respuesta de Combs
El equipo legal de Combs ha negado enfáticamente todas las acusaciones, señalando que confían plenamente en los hechos y en el proceso judicial. "La verdad prevalecerá en los tribunales: el Sr. Combs nunca ha agredido sexualmente a nadie, adulto o menor, hombre o mujer", afirmaron sus abogados en un comunicado emitido a CNN.
El músico actualmente enfrenta otros cargos federales por conspiración de crimen organizado, tráfico sexual y transporte para prostitución, a los que también se ha declarado inocente.
Ola de litigios en curso
Estas nuevas demandas se suman a una serie de litigios que Combs ya enfrentaba por conductas sexuales inapropiadas y otros delitos. Según el abogado Tony Buzbee, quien representa a algunas de las víctimas, hay más de 120 personas que han presentado o están por presentar demandas contra el productor, incluyendo menores de edad.
La situación legal de Sean "Diddy" Combs, que alguna vez fue una de las figuras más influyentes en la industria del entretenimiento, parece oscurecerse a medida que más víctimas potenciales alzan la voz.
By Gabriela Torres