Roma, 4 de mayo de 2025 – La majestuosa Via dei Fori Imperiali se convirtió una vez más en el corazón palpitante de América Latina en Europa. La 13ª edición del Carnaval Latinoamericano en Roma reunió a una multitud de personas en un desfile espectacular de colores, tradición, música y cultura. Organizado por la Red de Comunidades Latinoamericanas en Italia (RedCLA), el evento se ha consolidado como uno de los encuentros multiculturales más importantes de la capital italiana.
Una celebración con identidad y alma
Desde las primeras horas de la mañana, la arteria histórica de Roma fue testigo de un derroche de alegría y expresiones culturales. El desfile partió desde Largo Corrado Ricci hasta Piazza Venezia, regalando al público un auténtico viaje a través de los ritmos, vestimentas y danzas típicas de varios países de América Latina.
En esta edición participaron oficialmente las delegaciones de Bolivia, Brasil, Chile, Ecuador y Perú, cada una con una representación artística única, reflejo de sus raíces culturales. Italia fue país invitado especial, reafirmando el puente cultural y afectivo entre el país anfitrión y las comunidades latinoamericanas que aquí residen.
Un homenaje con profundo significado
El carnaval de este año tuvo un matiz especial: un emotivo homenaje al Papa Francisco, figura querida y admirada por las comunidades presentes, quien recientemente falleció. El pontífice argentino fue recordado con respeto y gratitud por su mensaje de inclusión, esperanza y su compromiso con los más desfavorecidos.
Más que una fiesta: una afirmación de identidad
El Carnaval Latinoamericano no es solo una celebración de folklore. Es también una afirmación de identidad, una reivindicación del valor de las migraciones, y una plataforma de diálogo entre culturas.
Los organizadores afirman que “el carnaval es un espacio de expresión, de encuentro y de visibilidad. Es una forma de decir: estamos aquí, aportamos y queremos ser parte activa de esta sociedad”.
Un puente entre continentes
A lo largo del desfile, los espectadores –italianos y extranjeros por igual– disfrutaron de coreografías llenas de vida, trajes tradicionales deslumbrantes y ritmos contagiosos que evocaban desde los Andes hasta el Amazonas. La energía era tan intensa como contagiosa. Cada paso, cada canto, cada tambor sonaba como una afirmación de la riqueza cultural latinoamericana.
El Carnaval Latinoamericano es, en esencia, un recordatorio de que las fronteras no deben dividir culturas, sino abrir caminos de entendimiento y respeto mutuo. En una época marcada por desafíos globales, Roma demostró una vez más que la integración es posible cuando se celebra la diversidad.
By Gabriela Torres